jueves, 8 de agosto de 2013

POEMA GANADOR, ...... "POR LAS ALTAS ESTRELLAS" 2013


“Por las altas estrellas”

 

1

Libre

como un árbol sinfín

que cuelga a su cuerpo

espejos y lunas encendidas,

en arritmia de mis versos quiero

asirme a tu memoria hasta habitar

las nubes escarlatas;

ser la lluvia que muere en los asfaltos,

ser la noche,

el prado,

el cerro y los caminos.

 

Por arrancar del suelo

al abandono que me dejó tu ausencia.

 

Para templar los ojos

hacia cada porvenir del horizonte,

y adivinar tu sombra

en los cristales derrumbados

que demarcan las fronteras.

2

hasta

dejar de ser

este pequeño sol

de arideces en Octubre

que aún conserva

el leve tacto-aguja

de tus huellas

en mi polvo,

y no,

no pueda la distancia

apagar mi rebeldía

de estrella solitaria

ni de evadir

mi dolor ante el recuerdo,

al ver tu nombre trepándose

en los muros

de una luz

que a ciegas

no

entiende

melodías.

3

Nunca

me dijo

más el polvo

de tu ausencia.

 

Traza cuerpos en el piso

como en las paredes,

lo mismo

que en los cristales

del insomnio.

 

Tiene las manos blandas

y se siente espiga tierna

del corazón de las auroras

 

Nunca

me dijo

más el polvo.

 

habla de ti

como si hubieras crecido

de apoco en sus raíces

estériles al agua

que gozan los canales,

al líquido sin freno

que azota su desnudez

en la compuerta;

a la bruma desolada

que muere

en los campos olvidados

de los lirios.

 

Nunca

me dijo

más el polvo.

 

Habla de ti

como si hubieras hecho escala

en cada nube lánguida

que viaja al infinito,

que se nutre de tu aroma,

y de tu nombre

hace alas

pa´soltarlo

a los cuatro vientos…

4

Me

angustia

el corazón

pensando que tu casa,

sin ti,

es igual a un desierto

de muros,

a un cuerpo baldío

de sorpresas,

a la canción que nunca nadie

pudo decirle al abandono

del silencio

 

Cuesta trabajo

abrir de par en par

las puertas de los ojos

al amanecer,

sabiendo

que es mi piel entera

la que está notando

los vacíos,

creyendo que vienes,

sin ruidos en tus huellas,

y sin calendarios en el pecho,

y sin noche, sin prado, sin cerros

ni caminos;

te aproximas

a los vidrios

heridos por la luna

y me hablas

al oído

mientras muero.

5

No

estás conmigo

y engaño al corazón

para que no te busque.

 

Le digo que duermes en mis ojos,

que en mis manos

te palpo como la tierra antes

de plantar un árbol;

que tú eres la sombra junto al sol;

la tórtola que canta

entre la milpa

 

Al

corazón

le miento

y le digo que

punzas en mi carne.

 

Le digo

que vives en mis puertas.

 

Le cuento

que te abres en mi cuerpo

con ganas de un próximo

hemisferio

zanjando

los placeres de esta vida.

 

No

estás

conmigo

y estoy engañando

al corazón

día con día,

para que no se pierda

en el rumbo que le trazaron

los ángeles

con una flecha rota.

 

le digo

que,

en la húmeda tierra,

hay agudeces

de ríos que fecundan las parvas,

hay un surco de luz;

un camino que lleva

a la ceniza

donde puedes

sembrar

uno por uno

tus recuerdos.

 

Que

en la ausencia

hay un espacio de soles

infinito sin regreso.

 

Que mi gusto

es devastar letra por letra

los renglones del olvido.

 

Que te noto

ave, espiga, paso y camino.

 

Que te siento

estrella negra en un cielo de manglares.

 

Que te vivo

a solas desde lo alto

en los astros marginados

rasgando su cielo de tinieblas.

6

Sería

quedarse sin piel

la ciudad de los encuentros.

 

Sería poblarse de locura la palabra,

no subir a la alcoba de los sueños

y tentalear tu cuerpo

que conforma litorales

con el viento.

 

Sería, no sentarse

a pensar al filo de la calle,

dormirnos bajo el signo

deforme de las sombras,

abandonarse hasta la pulpa

de los huesos.

 

Sería reconstruir

tu nombre grito a grito.

 

Sería

un esquilín buscando

una gota de aire,

una hoja de polvo,

una grieta en el tiempo,

nomás una piel;

Sería

un árbol

de íntima llovizna

dando refugio al ave fénix.

 

Sería negar

que te extraño

Desde un confín de silencios

y flores de ceniza madurando

sobre el vidrio

de mis ojos.

 

Sería

dejar caer en los asfaltos

hasta romper

la máscara del miedo,

que habita mi rostro

noche a noche

de no verte.

7

Por

las altas estrellas

antes de irme a dormir

a mordiscos de luna

huelo tu silueta,

presiento

tu perfume vagando los pasillos;

y es un dolor

viajar al firmamento

de la mano de tu aroma

si no tengo

entre

las ramas

de los brazos

tu presencia.


Escrito por: Omar Ely Rentería Sánchez.

CUENTO GANADOR, ..... "LA BODA" 2013


LA BODA

Céfiro Zala

 

La pequeña iglesia de Jaral del Progreso lucía engalanada con crisantemos blancos que mezclados con azahares, invadían el camino al altar de un particular olor, aguardando la llegada de la pareja que ese día uniría sus vidas. El sol, aunque cubierto, brillaba, pero no para todos. Los ricos lucían sus mejores galas para el evento mientras los pobres, se asomaban curiosos al portal de la iglesia o se sentaban en los últimos bancos aguardando. No exactamente por los novios, si no por las noticias sobre la revolución. Pero el hambre, la desazón, la necesidad de combatir no habían hecho mella en la decisión de Jesús Romo, la hermosa joven de diecisiete años que en ese preciso instante, sonreía, caminando por las calles, del brazo de su padre, de quien había heredado sus ojos. Detrás de ella, su hermana María cargaba su precioso ramo de azucenas blancas mientras contenía los nervios al ver a ricos y pobres del pueblo reunidos en la iglesia para presenciar su matrimonio.

-          Por última vez, Jesús… ¿estás segura de querer casarte? Yo hubiese querido retenerte un poco más… Te pareces tanto a tu madre… tienes su carácter tan dulce… - su padre Socorro se detuvo y le arregló amorosamente el velo unas tres cuadras antes de llegar al pórtico de la iglesia.

-          ¡Papá! Ya te he dicho que María se encargará de ti… además no pude evitar enamorarme de Telésforo… todo estará bien… ¡no es como que me casaré y me olvidaré de ustedes! ¡Viviré tan sólo a tres cuadras de la casa!

-          No lo sé hija… - dijo Socorro con pesar mientras se enjugaba una lágrima. – Me será difícil…

-          ¡Vamos papaíto! – Jesús sonrió. - ¡Apurémonos! ¡Seguramente Telésforo ya está esperándome!

Socorro y María se miraron. Asintieron con la cabeza en silencio y ante la alegría de Jesús, terminaron de librar los pocos metros que los separaban de la entrada de la iglesia. Pero cuando llegaron, todo fue murmullos y de pronto, un silencio increíble. María, de trece años, preguntó inmediatamente ante la expectación de su padre y de su hermana.

-          ¿Qué pasa? ¿Qué ocurre? ¡La novia ha llegado! ¡Buenos días, señor cura!

El cura, con una mirada tensa, se acercó a la jovencita y le susurró algo al oído. Jesús se quedó platicando con sus amigas mientras Socorro, sospechando y temiendo algo, se acercaba a su hija y al cura.

-          ¿Qué pasa? ¿Qué le está diciendo a María? ¿Por qué este silencio? ¿Acaso ya ha estallado la revolución?

-          No, Socorro… aún no. Pero puede que estalle otra cosa… el novio no ha llegado.

-          ¿Qué? – Socorro se sorprendió sobremanera y su grito fue oído por Jesús que se deshizo de sus amigas rápidamente y se acercó a su padre.

-          ¿Qué ocurre? ¿Papá? ¿María? ¿Señor cura? ¿Dónde está Telésforo?

El silencio del pueblo, de sus parientes y del cura la hicieron estremecer y Jesús se llevó la mano a la boca. Telésforo no podía haberla dejado plantada. Empezó a temblar y sintió que en cualquier momento enloquecería de dolor. Socorro la tomó del brazo e intentó cubrirla de las miradas curiosas del pueblo.

-          Tranquilízate hija… seguramente Telésforo se ha atrasado…

-          ¡No! ¡Nadie se atrasa el día de su boda! ¡Telésforo! ¡Telésforo!

María y Socorro intentaron detener a Jesús pero ésta ya había abandonado el pórtico de la iglesia y comenzó a correr por las calles de Jaral sin importarle que las personas cuchichearan a su paso. Comenzó a gritar el nombre de su prometido sin cesar y dos veces se cayó por las calles empedradas. No le importó que su vestido de novia se manchara de sangre por sus rodillas raspadas. Y cuando sintió que nunca lo encontraría porque ya había recorrido casi todo el pueblo, oyó unos jadeos en una esquina y se detuvo a escuchar.

-          Tengo que irme Trinidad… ya voy retrasado a mi boda con Jesús…

-          ¡Bésame otra vez y júrame que después de tu noche de bodas vendrás a mí!

-          ¡Te lo juro! ¡Te amo, Trine! ¡Pero ya déjame ir!

Jesús se quedó petrificada. Aquella voz era la de su prometido. Pero la voz de esa mujer, la tal Trinidad, era la de su madrina de lazo. De su mejor amiga. ¡Con razón no la había visto en el pórtico de la iglesia! Al oír el sonido de los besos que se daban, rabia e ira se apoderaron de Jesús Romo. Se sintió poderosa, alta, orgullosa, henchida de valor y soberbia. Acto seguido, salió de su escondite ante la mirada atónita de su amiga y prometido.

-          No te preocupes Trine… ¡Telésforo es tuyo! ¡Te lo regalo! ¡Quédatelo! ¡No quiero nada de ustedes dos! ¡No necesito amor, no necesito casarme, no necesito nada más que a mí misma!

-          ¡Jesús! – los dos amantes mezquinos al verla se horrorizaron.

-          Ni siquiera me tomaré la molestia de exhibirlos ante el pueblo. Yo sola volveré a la iglesia. Diré que no quiero casarme porque no necesito amor. Porque los aires de la revolución que se avecina me han dado la determinación de irme de este pueblo y luchar por una causa verdadera. Por mí.

Jesús se dio media vuelta y Telésforo intentó detenerla pero la joven se soltó con firmeza y sin brusquedad.

-          No vuelvas a tocarme, Telésforo Martínez. Gracias a ti me he dado cuenta que no necesito dulzura en mi vida. Se acabó la muchachita dulce e ingenua que fui hasta el día de hoy. El amor es sólo para los que creen en él. Y yo ya no creo en nada…

-          ¡Perdóname Jesús! ¡Yo te juro que…!

-          No me jures nada… A cambio yo sí te juro algo. Algún día, donde más duela, la sombra de la muchacha dulce que fui y que cambiaste para siempre, volverá… y herirá con la misma arma con la que tú me has herido a mí…

-          ¡No seas idiota, Jesús! – dijo Trinidad con ironía y crueldad ante la novia.

Jesús no respondió. Dio media vuelta con decisión, la cabeza alta y el orgullo como estandarte y cumplió su palabra. Con frialdad, dijo ante todo el pueblo que se iría porque no quería casarse. Sin remordimientos, dejó a su padre y a su hermana y se fue a la ciudad de Morelia donde pasó veinte años lavando ropa ajena para mantenerse. Cuando reunió suficiente dinero, se mudó a Janitzio donde construyó una casita humilde con vista al lago y donde años más tarde, murió. Sus vecinas pagaron su funeral con el dinero que Jesús les había dejado. No quería que nadie le pagara nada. Y en su lápida, se grabó la siguiente leyenda: “Aquí yace Jesús, La Orgullosa”.

Eran las once de la noche del primero de noviembre del 2012 cuando Laura Vázquez y su prometido, Javier Estrada, al lado de sus mejores amigos y de toda su familia, daban un paseo por la isla de Janitzio esperando ver el espectáculo de la Noche de Muertos. Laura era una graduada de química y Javier era un médico internista. Ambos se conocieron en  un Congreso. Un flechazo instantáneo. Laura era muy hermosa, inteligente y dulce. Javier por su parte, fue mujeriego en su momento, pero al conocer a Laura se convirtió en un hombre fiel. Después de un noviazgo de casi dos años, Javier le propuso matrimonio en la plaza del pueblo del tatarabuelo de su amada novia. Contrató violinistas, y mandó que cubrieran el humilde quiosco con flores e incluso pagó para que, por la noche, se lanzaran fuegos artificiales después de que él le ofreciera un precioso anillo de diamantes. Para Laura fue muy significativo que Javier tuviera ese detalle de proponerle matrimonio en el lugar donde nacieron sus ancestros y no pudo contestar otra cosa más que un determinante sí. La fecha de la boda sería el tres de noviembre en Morelia ya que de ahí era la familia de Javier y decidieron complacer a la madre de su futuro esposo y estando ya todo preparado, acordaron viajar, como despedida de solteros, con sus amigos y familias, a ver el espectáculo en Janitzio de la Noche de Muertos.

-          ¡No puedo creer que de verdad consideres esto una despedida de soltera! – exclamó Estrella mientras ésta observaba ensimismada los cirios encendidos y los caminos de flores de cempaxúchitl. - ¡Tú y Javier están locos!

-          ¿No te parece que es hermoso y pintoresco? A mí me lo parece…

-          Para Javier y sus padrinos, no es más que una excusa para beber… ¡sí será para ellos una despedida de solteros! – se quejó Estrella mientras veía al prometido de Laura y sus amigos sentarse en cualquier tumba y destapar cervezas.

-          Déjalos… a mí me gusta ver la tradición…

-          ¡Vaya tradición macabra aunque colorida! ¡No te lo niego! ¡Sólo a ti te gustan las tradiciones! Mira que considerar romántico que Javier te propusiera matrimonio en un pueblucho cualquiera como Jaral del Progreso…

-          ¡Oye! – Laura empujó a su amiga con cariño. - ¡No olvides que mi tatarabuelo Telésforo es de ahí! ¡Además fue sumamente romántico…!

-          Si tú lo dices… ¡Mira! Es curioso… esa tumba no tiene flores ni cirios… Ni tampoco nadie está sentado alrededor… ¿de quién será?

-          No lo sé… pobre… que nadie recuerde… - Laura se acercó y leyó el epitafio grabado en la lápida. – “Aquí yace Jesús, La Orgullosa”…

-          ¡Ahí viene tu prometido!

-          ¡Cariño! ¡Mi Laura! ¡En menos de 48 horas serás mi esposa! ¡Me amarás y me honrarás hasta que la muerte nos separe! ¡Te amo! ¡Te amo!

-          Tú estás un poquito pasado de copas… - dijo Estrella.

-          No te metas, Estrellita… ¡no comprendes que este amor entre Laura y yo es eterno! ¡Hasta que la muerte nos separe! – Javier besó apasionadamente a su novia y se retiró para seguir brindando con sus amigos. - ¡Cuídamela bien! ¡No se pierdan entre tantos cirios, flores y muertos!

-          Lo haré… lo haré… - Estrella vio alejarse a Javier pero al voltear a ver a Laura se extrañó al verla sumamente serena pero cambiada. Como si de pronto, estuviera viendo a una extraña. Su gesto no era dulce, sus ojos parecían lejanos y su postura estaba mucho más erguida que nunca. - ¿Laura?

-          Sentémonos aquí. Aquí estoy bien… - contestó la aludida con un tono de voz diferente.

-          ¿Estás loca? ¡Aquí ni siquiera hay un altar que admirar! ¡Mejor vámonos!

Laura comenzó a caminar, dejándose llevar por un particular olor de crisantemos blancos y azahares que se mezclaba con el cempaxúchitl y de pronto se detuvo. Estrella la miró estupefacta.

-          No… No necesito amor, no necesito casarme, no necesito nada más que a mí misma. No necesito dulzura en mi vida. El amor es sólo para los que creen en él…

-          ¿Laura? ¿De qué hablas? ¿Qué te pasa?

-          No pasa nada…  Sólo volví…
 
 
Escrito por: Aura Muñoz Romo.

martes, 16 de julio de 2013

GANADORES DEL PREMIO SAHUAYO DE LITERATURA 2013


GANADORES DEL PREMIO SAHUAYO DE LITERATURA 2013

 

POESÍA

 

TRABAJO                                                                         SEUDONIMO

 

Por las Altas Estrellas ……………………………………….  Caído del Firmamento.

 

 

CUENTO

 

La Boda   ……………………………………………………………  Céfiro Zala

FINALISTAS DEL PREMIO SAHUAYO DE LITERATURA 1013


FINALISTAS DEL PREMIO SAHUAYO DE LITERATURA 2013

 

POESÍA

 

TRABAJO                                                                         SEUDONIMO

 

Fuego Primordial …………………………………………….   Lapis Aurea
Días sin Tregua ………………………………………………..   Viracocha
Por las Altas Estrellas ……………………………………….  Caído del Firmamento.

 

 

CUENTO

 

Bola de Humo …………………………………………………..  La Roja
La Boda   ……………………………………………………………  Céfiro Zala
El Jazmín del Poeta   ………………………………………….   Mario Camilo Blanes