“Por las altas estrellas”
1
Libre
como un
árbol sinfín
que cuelga a
su cuerpo
espejos y
lunas encendidas,
en arritmia
de mis versos quiero
asirme a tu
memoria hasta habitar
las nubes
escarlatas;
ser la
lluvia que muere en los asfaltos,
ser la
noche,
el prado,
el cerro y
los caminos.
Por arrancar
del suelo
al abandono
que me dejó tu ausencia.
Para templar
los ojos
hacia cada
porvenir del horizonte,
y adivinar
tu sombra
en los
cristales derrumbados
que demarcan
las fronteras.
2
hasta
dejar de ser
este pequeño
sol
de arideces
en Octubre
que aún
conserva
el leve
tacto-aguja
de tus
huellas
en mi polvo,
y no,
no pueda la
distancia
apagar mi
rebeldía
de estrella
solitaria
ni de evadir
mi dolor
ante el recuerdo,
al ver tu
nombre trepándose
en los muros
de una luz
que a ciegas
no
entiende
melodías.
3
Nunca
me dijo
más el polvo
de tu
ausencia.
Traza
cuerpos en el piso
como en las
paredes,
lo mismo
que en los
cristales
del
insomnio.
Tiene las
manos blandas
y se siente
espiga tierna
del corazón
de las auroras
Nunca
me dijo
más el
polvo.
habla de ti
como si
hubieras crecido
de apoco en
sus raíces
estériles al
agua
que gozan
los canales,
al líquido
sin freno
que azota su
desnudez
en la
compuerta;
a la bruma
desolada
que muere
en los
campos olvidados
de los
lirios.
Nunca
me dijo
más el polvo.
Habla de ti
como si
hubieras hecho escala
en cada nube
lánguida
que viaja al
infinito,
que se nutre
de tu aroma,
y de tu
nombre
hace alas
pa´soltarlo
a los cuatro
vientos…
4
Me
angustia
el corazón
pensando que
tu casa,
sin ti,
es igual a
un desierto
de muros,
a un cuerpo
baldío
de
sorpresas,
a la canción
que nunca nadie
pudo decirle
al abandono
del silencio
Cuesta
trabajo
abrir de par
en par
las puertas
de los ojos
al amanecer,
sabiendo
que es mi
piel entera
la que está
notando
los vacíos,
creyendo que
vienes,
sin ruidos
en tus huellas,
y sin
calendarios en el pecho,
y sin noche,
sin prado, sin cerros
ni caminos;
te aproximas
a los
vidrios
heridos por
la luna
y me hablas
al oído
mientras
muero.
5
No
estás
conmigo
y engaño al
corazón
para que no
te busque.
Le digo que
duermes en mis ojos,
que en mis
manos
te palpo
como la tierra antes
de plantar
un árbol;
que tú eres
la sombra junto al sol;
la tórtola
que canta
entre la
milpa
Al
corazón
le miento
y le digo
que
punzas en mi
carne.
Le digo
que vives en
mis puertas.
Le cuento
que te abres
en mi cuerpo
con ganas de
un próximo
hemisferio
zanjando
los placeres
de esta vida.
No
estás
conmigo
y estoy
engañando
al corazón
día con día,
para que no
se pierda
en el rumbo
que le trazaron
los ángeles
con una
flecha rota.
le digo
que,
en la húmeda
tierra,
hay agudeces
de ríos que
fecundan las parvas,
hay un surco
de luz;
un camino
que lleva
a la ceniza
donde puedes
sembrar
uno por uno
tus
recuerdos.
Que
en la
ausencia
hay un
espacio de soles
infinito sin
regreso.
Que mi gusto
es devastar
letra por letra
los
renglones del olvido.
Que te noto
ave, espiga,
paso y camino.
Que te
siento
estrella
negra en un cielo de manglares.
Que te vivo
a solas
desde lo alto
en los
astros marginados
rasgando su
cielo de tinieblas.
6
Sería
quedarse sin
piel
la ciudad de
los encuentros.
Sería
poblarse de locura la palabra,
no subir a
la alcoba de los sueños
y tentalear
tu cuerpo
que conforma
litorales
con el
viento.
Sería, no
sentarse
a pensar al
filo de la calle,
dormirnos
bajo el signo
deforme de
las sombras,
abandonarse
hasta la pulpa
de los
huesos.
Sería
reconstruir
tu nombre
grito a grito.
Sería
un esquilín
buscando
una gota de
aire,
una hoja de
polvo,
una grieta
en el tiempo,
nomás una
piel;
Sería
un árbol
de íntima
llovizna
dando
refugio al ave fénix.
Sería negar
que te
extraño
Desde un
confín de silencios
y flores de
ceniza madurando
sobre el
vidrio
de mis ojos.
Sería
dejar caer
en los asfaltos
hasta romper
la máscara
del miedo,
que habita
mi rostro
noche a
noche
de no verte.
7
Por
las altas
estrellas
antes de
irme a dormir
a mordiscos de luna
huelo tu
silueta,
presiento
tu perfume
vagando los pasillos;
y es un
dolor
viajar al
firmamento
de la mano
de tu aroma
si no tengo
entre
las ramas
de los brazos
tu
presencia.
Escrito por: Omar Ely Rentería Sánchez.
Escrito por: Omar Ely Rentería Sánchez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario